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مرحبًا بكم في مركز المساعدة Clinica Montero. تجمع القائمة التالية بعض الأسئلة الأكثر شيوعًا مع إجاباتها. قد يكون لديك نفس الشك الذي أعرب عنه شخص آخر بالفعل. لا تجد ما تبحث عنه؟ اتصل اليوم لكي يراك فريق المحترفين.

  • ¿Qué es la Cirugia Cardiaca?
    El corazón es el órgano encargado de “bombear” la sangre a todo el cuerpo, haciendo que llegue a todos nuestros órganos. La cirugía cardíaca, o comúnmente llamada “a corazón abierto”, es la especialidad de la medicina que se encarga de tratar las afecciones del corazón. El corazón está compuesto por distintas cavidades (aurículas y ventrículos), separadas por válvulas que hacen una función de “compuerta”, permitiendo el paso de sangre de una cavidad a otra hasta que se distribuya al resto del cuerpo. El corazón, como cualquier órgano, también tiene una irrigación por arterias propias (las arterias coronarias). Estas arterias se comportan como “tuberías” que distribuyen la sangre que tiene que nutrir a las células musculares del corazón. Una manifestación clínica de lesión de las arterias coronarias, se traduce como dolor en el pecho o angina de pecho. Cuando se obstruyen se produce el temido infarto de miocardio. Con cada latido, se envía la sangre a través de un sistema de conducción perfecto, las arterias. Es lo que denominamos sistema circulatorio, compuesto por arterias, venas y capilares. Hay distintos tipos de cirugías sobre el corazón, según el tipo de lesión, que explicaremos mas adelante.
  • ¿Cúando se decide un tratamiento quirúrgico?
    El médico de cabecera o su cardiólogo, descubrirá la posible patología cardíaca y le realizará distintas pruebas para alcanzar un diagnostico mas certero y así poder ofrecerle el mejor tratamiento. La decisión de intervención viene determinada por consensos de expertos, que vienen recogidas en guías de actuación clínica. Los médicos le explicarán los motivos de la operación, el tipo de tratamiento que se le va a realizar, y en general todo el proceso de su estancia operatoria, así como los riesgos que puede acarrear la intervención.
  • ¿Cómo se realiza una cirugía cardíaca?
    Generalmente se suele acceder al corazón a través de una incisión en la parte central del pecho, sobre el hueso que denominamos esternón. Tras la sección controlada de este hueso, accedemos a cavidad donde está el corazón. No es una cirugía que sea excesivamente dolorosa ni molesta y la recuperación suele ser bastante rápida cuando no existen complicaciones. Gran parte de los procedimientos de Cirugía Cardiaca se realizan mediante “Circulación extracorpórea”. Este procedimiento consiste en establecer una conexión entre los vasos (arterias y venas) principales del paciente y una máquina (antiguamente llamada máquina de corazón-pulmón). Eso nos permite algo fundamental en Cirugía Cardiaca: parar dichos órganos y trabajar sobre ellos, aplicando las técnicas precisas.
  • ¿Qué es la circulación extracorpórea?
    Es una máquina que realiza las funciones del corazón y de los pulmones. Gracias a ella podemos parar el corazón, seccionar algunos de sus tejidos (aurículas, ventrículos) y trabajar en su interior, es lo que se conoce comúnmente como “Cirugía a Corazón Abierto”. Para poder establecer la CEC, se conectan unos tubos (técnicamente conocidos como cánulas) en el territorio venoso (generalmente venas cavas, aurícula derecha, …) para derivar la sangre a la máquina. Para realizar el retorno de la misma, se introduce otra cánula en el territorio arterial (generalmente aorta, aunque hay otras variantes). Para introducir estas cánulas, debemos administrar una medicación que se denomina heparina con el fin de evitar coágulos en el sistema. Detrás de esa máquina, hay un profesional responsable de su funcionamiento, que debe manejar a la perfección todos esos factores, sabiendo reaccionar, en ocasiones, con gran rapidez para solucionar imprevistos de emergencia. Este profesional se denomina Perfusionista, y es una pieza clave en todo procedimiento de Cirugía Cardiaca con circulación extracorpórea.
  • ¿Es peligrosa la Cirugía Cardíaca?
    Siempre que se valoran los riesgos de cualquier intervención quirúrgica, sea cardiovascular o de cualquier otro ámbito, hay que conocer a fondo la evolución y pronóstico de la enfermedad a tratar, para valorar qué riesgo se puede asumir. El riesgo de una intervención de cirugía cardiovascular se evalúa de forma individual ante cada paciente, y es el cirujano el que debe comunicar su estimación sobre el mismo. Actualmente disponemos de una serie de escalas de riesgo (por ejemplo, Euroscore II o STS score), mediante las cuales se puede evaluar, de forma aproximada, el riesgo de un paciente ante una cirugía concreta, en función de los datos específicos del mismo. Antes de cada intervención, el cirujano le dára la información detallada del tipo de cirugía al que va a ser sometido, así como los riesgos y beneficios que se derivaran de dicho procedimiento. Le entregaremos un documento con toda la información, es lo que denominamos “consentimiento informado”.
  • ¿Qué tipos de cirugía cardíaca se hacen?
    Según la lesión afecta, se realizará un tipo de cirugía u otro. Si la lesión es en las arterias coronarias, realizaremos lo que denominamos “revascularización coronaria” o “cirugía de bypass”. En caso de tener afectada una válvula cardíaca, se le recomendará el implante de un tipo de prótesis o la reparación de la misma (lo explicamos en el punto siguiente). En ocasiones lo que se encuentra afectado es la salida de los grandes vasos, lo que denominamos cirugía de aorta ascendente. En cuyo caso, realizamos la sustitución, o también reparación, de la zona afecta, interponiendo un conducto de dacron (material impermeable y muy resistente).
  • ¿Qué es una valvulopatía?
    Una valvulopatía es cualquier alteración patológica (“un fallo”) de una de las válvulas del corazón. Una válvula cardiaca es una estructura que permite el paso de la sangre únicamente en un sentido, para que la circulación de la sangre tenga lugar siguiendo el recorrido adecuado. Sin embargo, por diferentes motivos, una válvula del corazón puede fallar o funcionar de una forma inadecuada. Las valvulopatías se pueden clasificar de dos formas: según la válvula afectada y según el tipo de problema de la válvula. Hay cuatro tipos de válvulas: mitral, aórtica, pulmonar y tricúspide. Así, en función de la válvula afectada, podremos hablar de valvulopatía mitral, valvulopatía aórtica, valvulopatía tricuspídea o valvulopatía pulmonar. Dichas válvulas pueden presentar disfunción en forma de “estrechez o estenosis” o “insuficiencia o fuga” Así, combinando las dos formas de clasificar las valvulopatías, podemos hablar de estenosis o insuficiencia mitral, estenosis o insuficiencia aórtica, etc...
  • ¿Cómo tratamos las valvulopatías?
    En ocasiones, se puede intentar la reparación de las válvulas del corazón, siempre que se pueda ofrecer un buen resultado a largo plazo. Para ello, se le realizará preoperatoriamente una ecografía muy completa con distintos parámetros. En caso de decidir realizar un recambio se le colocará una prótesis valvular. En el mercado actual existen prótesis de dos tipos de materiales:  Mecánicas: Son metálicas. Tienen una duración ilimitada excepto que se infecten, se taponen por trombosis o falle el tejido de implantación. Por otro lado, para que funcione correctamente necesitan un tratamiento anticoagulante (Sintrom) de por vida. Es habitual escuchar el chasquido de apertura de la misma.  Biológicas: De pericárdio bovino o porcino. La ventaja de este tipo de prótesis es que no necesitan Sintrom (excepto los tres primeros meses en algunos casos), pero tienen una duración limitada (entre 10 y 15 años). Aunque a día de hoy, cada vez duran mas tiempo y en caso de fallo, se puede intentar tratar de nuevo de forma no invasiva. La elección de un tipo u otro se determina fundamentalmente, por la edad del paciente. En pacientes jóvenes se suele elegir una mecánica y en edades a partir de 60-65 años se elige una prótesis de tipo biológico.
  • ¿Qué es la cirugia de bypass coronario o revascularización quirúrgica?
    El corazón, como cualquier órgano, tiene también arterias nutricias propias encargadas de suministrar el oxígeno y demás nutrientes a las células cardícas. Son las arterias coronarias. Estas arterias, a veces, se pueden obstruir por depósitos lipídicos o de calcio, y cuando el corazón necesita un trabajo extra (ejercicio, ansiedad, digestión, etc.) y el flujo de sangre no puede aumentar a causa de la obstrucción , aparece lo que se conoce c omo angina de pecho o infarto de miocardio. En la primera línea del tratamiento contra la cardiopatía isquémica, está el control de los factores de riesgo cardiovasculares (obesidad, colesterol, diabetes, sedentarismo etc). Pero hay ocasiones en que es necesaria la cirugía de cirugía de “By-pass” de las arterias coronarias para restaurar el flujo adecuado al corazón. Durante la cirugía, se le extraerán una serie de “ conductos o injertos” con el fin de saltar o bypasear la zona de lesión afectada y devolver la circulación sanguínea a las zonas afectas. Los tipos de injertos que utilizamos son: La vena safena de la pierna La arteria mamaria que esta detrás de la pared del pecho. En algunas ocasiones se emplea la arteria radial del antebrazo. El cirujano decide cual es el injerto a utilizar dependiendo de la localización, obstrucción y tamaño de las arterias coronarias afectadas.
  • Preoperatorio en Cirugía Cardíaca
    Para obtener la mayor información posible, antes de intervenirle, le realizaremos una completa batería de pruebas con el fin de anteponernos a cualquier situación que pueda suceder durante la cirugía. Cada cirugía precisa de un preoperatorio distinto, pero usualmente se le realizarán las siguientes pruebas complementarias: Preoperatorio básico; analítica, radiografía de torax y electrocardiograma (sobre todo para la valoración del anestesista) Cateterismo (mujeres mayores de 50 años y varones por encima de 45 años, según la predisposición intividual) con el fin de valorar las arterias propias del corazón. Ecocardiograma: Despistaje de valvulopatías Pruebas de función respiratoria Ecodoppler de troncos supraaorticos Tac Cardíaco: se le informará si se considera necesario Cuando le digamos la fecha de la intervención, le diremos aproximadamente los días que permanecerá en la unidad de reanimación y los días de hospitalización totales. Asimismo le indicaremos la medicación que debe ser retirada con antelación.
  • Postoperatorio I: La unidad de Cuidados Intensivos (UCI)
    Uno de los temas que más preocupaciones despierta es la fase en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Una vez terminada la intervención quirúrgica, se realiza el traslado a la UCI, en la cual el paciente permanecerá durante las siguientes horas. El tiempo de permanencia dependerá del tipo de intervención y de la propia evolución del paciente, pero suele oscilar entre 12 y 48 horas. A este periodo habrá que sumar las necesidades de cada paciente, en función de las características de su evolución o su situación particular (enfermedades previas a la cirugía, etc.). En ocasiones, es preciso mantener al paciente anestesiado durante un periodo de tiempo mayor, para conseguir una mayor estabilidad, por lo que se mantendrá el tubo de respiración artificial durante más tiempo. El despertar se intenta que sea progresivo y sin grandes sobresaltos, administrando sedación para conseguirlo, en los casos en los que se precisa. Una vez que el paciente se ha despertado y retirado el tubo del respirador, se mantiene bajo estricta vigilancia. Las primeras horas tras la cirugía son las más delicadas: es en ese momento cuando hay mayor probabilidad de presentar alguna complicación. Por ello, en la UCI, se monitorizan los signos que puedan alertar del inicio de una situación no deseada, ya que la detección precoz hace que se puedan corregir la mayor parte de ellos. Así pues, se miden de forma constante los parámetros vitales (tensión arterial, oxigenación, sangrado, diuresis) y se evalúa la intensidad del dolor para administrar los analgésicos que disminuyan las molestias típicas tras una intervención quirúrgica. El periodo de ingreso en UCI tras la cirugía es una fase clave en la recuperación postoperatoria por los motivos descritos (detección precoz y corrección de complicaciones, control del dolor,…), por lo que se prioriza al máximo su funcionamiento eficaz, sacrificando otros aspectos menos vitales en esta fase. Por ello, las visitas están más restringidas que en otras fases, como en la hospitalización en planta, que comentaremos a continuación.
  • Postoperatorio II: La fase de Hospitalización en planta tras UCI.
    Superadas las 48 primeras horas en la unidad de cuidados intensivos, lo habitual es que sea trasladado a la sala de hospitalización donde continuará con su recuperación. En esta fase, el paciente adopta progresivamente, un papel más activo, centrándose en los siguientes puntos: Fisioterapia respiratoria: Es posible que haya una tendencia a realizar una respiración demasiado superficial, por las molestias en las heridas quirúrgicas. Eso puede acarrear problemas al no expandir adecuadamente los pulmones. Para evitarlo, es conveniente realizar con frecuencia inspiraciones profundas, las cuales pueden ser ayudadas con ciertos dispositivos, como los incentivadores respiratorios. Inicio de la dieta. Ciertamente se pierde el apetito después de la intervención. Sin embargo, una adecuada alimentación se precisa para que la recuperación sea más rápida y eficaz, de forma que la nutrición es fundamental. Adecuada posición: Debe cuidar la herida quirúrgica. Asimismo para evitar las herida por decúbito es recomendable cambiar de posición con frecuencia, así como iniciar la deambulación en cuanto sea posible, paseos cortos, pero frecuentes Se le realizaran analíticas y radiografías de torax para comprobar que la evolución es la esperada. En caso de tener cualquier duda sobre el procedimiento, no dude en consultar con su cirujano.
  • Postoperatorio III: La vuelta a casa
    El alta tras la una intervención de Cirugía Cardiovascular depende de muchos factores (tipo de cirugía, condiciones previas de cada paciente, evolución en las dos primeras etapas del postoperatorio (UCI y planta),…) pero se podría decir que el promedio ronda los 7-10 días. Este momento, deseado y esperado por todos los pacientes, suele suponer una mezcla de alegría y ciertos miedos o preocupaciones. Al igual que el paso de la Unidad de Cuidados Intensivos a la planta de hospitalización suponía un salto en cuanto a autonomía del paciente, el alta es el momento en el que el paciente recupera “las riendas” de su vida y es por ello uno de los momentos más importantes tras la cirugía. Las primeras semanas tras el alta son fundamentales para obtener el máximo partido de la intervención al a que se ha sometido el paciente y hacer las cosas bien en esta etapa es muy importante para evitar complicaciones tardías y culminar la recuperación de la forma más satisfactoria. Estos son los consejos fundamentales durante las primeras semanas tras el alta: Dieta Es muy importante realizar una dieta saludable (baja en sal y grasas de origen animal), teniendo en cuenta, además, los condicionantes propios de cada paciente (diabetes, enfermedad renal, intolerancias, etc.). Cuidados de herida Aunque en este periodo la herida ya no es tan reciente, no está de más seguir vigilándola y teniendo precauciones para no someter la zona a tensiones que puedan perjudicarla. En caso de enrojecimiento, hinchazón, separación de bordes, exudado o cualquier otro signo sospechoso, es aconsejable consultar al especialista. Actividad física El ejercicio es fundamental en la recuperación. Ajustando la actividad a las condiciones de cada paciente, lo ideal es caminar con mucha frecuencia (varias veces al día), comenzando con paseos cortos, que se irán extendiendo progresivamente, sin llegar nunca a agotarse ni alejarse demasiado. La precaución sigue siendo el valor fundamental. Hábitos Lógicamente, es fundamental mantener hábitos saludables que nos ayuden a conservar la salud que estamos intentando recuperar con la intervención quirúrgica: tabaco, exceso de alcohol, etc. no son buenos compañeros de viaje. Revisiones médicas En el momento del alta, se aconsejará una fecha aproximada de revisión médica, para ajustar tratamiento y revisar que todo siga en orden. Independientemente de ella, cualquier duda, incidencia o preocupación deben consultarse en el momento en el que se produzcan.
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